17.9.11

2007 - Después de la lluvia

























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Algunos poemas:


MIS PIES

En el barro.
Mis pies no abandonan el barro.
Todos los esfuerzos, todos los sudores.
Y mis pies
no abandonan el barro.

Allí afuera
los fieles invocan la palabra prohibida
y los surcos se agrietan
y los hombres dibujan sus pequeñas venganzas.
Allí afuera
un retoño de pino justifica la lluvia,
cae la nieve sobre la espalda del mundo.
Y mis pies
no abandonan el barro.

Allí afuera hay truenos,
hay epidemias, catástrofes,
hay mitos y versos, hay canciones.
Reliquias que buscan santos.
Espadas que encuentran héroes.

Afuera hay ojos que rozan labios,
hay muertes que eclipsan soles.
Afuera hay quietudes. Afuera hay piedades.

Y mis pies
              no abandonan el barro.   



ODISEA

El sol agrietó mis palabras,
una terca impiedad se adueñó de la brisa.

Los vientos me llevaron por mares inclementes,
las sirenas intentaron seducirme con su canto.

Salvé mi vida escapando de monstruos
y una advertencia de rocas
se interpuso en mi destino.

El tiempo ha pasado, la isla está cerca.
De todas las rompientes tengo un poco,
de todos los pesares quedó huella.

Hay regresos que marcan cicatrices  
y esperanzas que soportan el saqueo.

He vuelto para ser quien fui.
             
Aunque ya no soy quien era.



DESPUÉS DE LA LLUVIA
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban.
                                                                       Lluvia – Raúl González Tuñón


No han caído todas las hojas
ni el tronco se ha secado.

No se apagaron las velas
ni los gestos
ni la luz de tu primera sonrisa.

Tú perduras en mí y los otros seres transcurren.

No es tarde.
No, no lo es.

Aún hay tiempo de pintar amaneceres
en la niebla precaria de los sueños.

Aún podemos traicionar con palabras
las calles
y la hiedra de los muros,
las recovas
y la herrumbre de los puentes.

Aún veremos la llegada de los barcos
en la quietud extranjera de los puertos.

No es tarde.
No, no lo es.

Aún tendremos noches
que posterguen la muerte.